LA HABANA
El enormemente popular servicio en línea Airbnb para renta de viviendas permitirá a los viajeros estadounidenses reservar alojamiento en Cuba a partir del jueves, la más significativa expansión empresarial de Estados Unidos en la isla desde que a fines del año pasado se anunció que ambos países reanudarían sus relaciones.
El cibersitio y la aplicación para dispositivos móviles le permiten a los usuarios reservar habitaciones en más de un millón de hogares privados en todo el mundo, los cuales van desde cuartos en apartamentos compartidos hasta casas de lujo completas.
Durante medio siglo, el embargo comercial ordenado por Washington ha impedido que ese tipo de negocios ingresen al mercado cubano. Sin embargo, en enero, el gobierno del presidente Barack Obama relajó una serie de restricciones sobre empresas estadounidenses con el fin de alentar el auge del pequeño sector privado de la isla.
Las búsquedas que hagan los usuarios de Airbnb sobre Cuba ahora presentarán más de 1,000 propiedades en diversas partes de la isla, el 40 por ciento de ellas en La Habana y el resto en destinos turísticos tales como Cienfuegos, ubicada a unas horas de distancia en la costa sur. La compañía lleva tres meses enviando equipos de representantes a Cuba para que firmen contratos con propietarios de casas, y tiene planes para seguirse expandiendo en los próximos meses.
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“Creemos que Cuba podría convertirse en uno de los mercados más grandes de Airbnb en Latinoamérica”, dijo Kay Kuehne, director regional de la empresa. “De hecho, estamos enchufándonos a una cultura de microempresas que ya existe en Cuba. Los anfitriones en Cuba llevan décadas haciendo lo que acabamos de empezar a hacer hace siete años”.
Uno de los elementos más desarrollados e importantes del sector empresarial de la isla es una red de miles de habitaciones y casas para turistas de propiedad privada. Luego de la crisis económica de la década de 1990 tras la desaparición de la Unión Soviética, dicha red comenzó como una alternativa hogareña a los hoteles operados por el Estado, que en general son lúgubres. Estas llamadas “casas particulares”, al estilo de los hostales que incluyen desayuno, se han expandido hasta convertirse en un sector económico con opciones que van desde pequeños apartamentos en el centro de La Habana hasta casas de playa con múltiples habitaciones y elegante servicio de alimentos y recamareras.
El anuncio de Airbnb es el más reciente de una serie de iniciativas empresariales estadounidenses para ingresar a Cuba. En febrero, la IDT Corp., con sede en Nueva Jersey, y la firma estatal de telecomunicaciones cubana ETECSA acordaron conectar las llamadas telefónicas de Estados Unidos directamente al país caribeño. Anteriormente eran trianguladas a través de otros países como Italia y España.
Netflix y MasterCard también han desbloqueado sus servicios en Cuba, pero sólo un puñado de isleños tienen conexiones lo suficientemente rápidas como para bajar el contenido de Netflix, y la mayoría de las empresas de tarjetas de crédito aún prohíben las transacciones desde Cuba, lo que hace que la medida de MasterCard sea en esencia simbólica.
Las acciones emprendidas por Airbnb podrían ser el desarrollo más significativo en términos de hacer que el dinero llegue a los bolsillos de los empresarios en la isla e impulsarlos dentro de una economía estancada manejada por el Estado, una de las metas más importantes detrás la decisión del presidente Obama de mejorar las relaciones con Cuba.
“Pensamos que eso va a facilitar que el negocio prospere, en definitiva mejore. No sólo nuestro negocio de cuentapropista, sino todo”, dijo Israel Rivero, que es dueño de un apartamento renovado en forma inmaculada en el centro de La Habana. Cobra $25 la noche por habitación, pero el precio subirá a $30 en Airbnb para cubrir las cuotas y los costos por canje de divisas.
Kuehne dijo que las autoridades cubanas y estadounidenses recibieron con beneplácito los planes de Airbnb. Desde que se anunció el restablecimiento de relaciones, Cuba ha pasado apuros para dar alojamiento a los viajeros, cuyo número ha aumentado. Las visitas a la isla se han incrementado casi un 20 por ciento en los últimos meses, la mayoría de turistas no estadounidenses, y muchos hoteles están totalmente reservados, en especial los pocos que tienen la capacidad de ofrecer un servicio cercano a los estándares internacionales.
Por el momento, los viajeros no estadounidenses no podrían usar Airbnb para hacer reservaciones en Cuba.
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